lunes, 24 de marzo de 2014

Amnesia



Cuando las colas de espera para despedir al finado Suárez terminen de eclipsar las del INEM, seguro que se nos informará del Madrid abarrotado de democracia del 22-M. Exequias y loas programadas desde el principio como agonía, que no pretendieron nunca desmerecer la auténtica democracia en la calle y menos aún en nombre del padre que dicen que la fundó, y que cínicamente se lo engulló. 
En efecto, emocionado homenaje del club de sus fieros detractores de antaño del rey para abajo, para escenificar una unidad política que el mismo día se deja fuera por descuido a cada vez más millones. Los que no cabían en Colón, junto al resto de los que no cabían en sí de gozo. No se lo tomemos a mal. Simplemente les pudo la emoción ante semejante carambola del marketing político, que haría vibrar a cualquiera con una mínima sensibilidad oportunista. No olvidemos que ya llevaban haciendo uso consagrado del símbolo Suárez desde que todos nosotros compartimos su misma amnesia. 
En cuanto a las Marchas de la Dignidad, lo bueno es que jamás podremos olvidarlas puesto que nunca existieron.












 

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